Pese a que hay muchos estudios a favor, todavía existe una preocupación dentro del mercado sobre la calidad de los productos congelados. Por esa razón, a continuación vamos a analizar los aspectos más interesantes para perder el miedo a este tipo de alimentación.
Las ventajas de la comida congelada
Una de las principales características que nos ofrece la comida congelada es su capacidad para conservar los alimentos durante mucho más tiempo sin que éstos pierdan sus propiedades nutritivas.
No obstante, por norma general se piensa que dichos alimentos se encuentran en un cambio de estado que puede hacer que pierdan algunas de ellas, mientras que si tenemos en cuenta que muchos de los productos frescos que consumimos ya llevan un tiempo en condiciones menos óptimas para su conservación, lo cierto es que inclusive podríamos destacar el consumo de alimentos congelados en el momento de su recogida sobre aquellos que permanecen “frescos” durante incluso semanas.
El miedo a la comida congelada
No obstante, sigue existiendo miedo un cierto rechazo social hacia la comida congelada, el cual está motivado fundamentalmente por raciones sociales.
No olvidemos que la distribución de un producto congelado abarata mucho los costes, lo que significa que siempre encontraremos el mismo producto siendo más barato congelado que fresco.
No obstante, está claro que en la medida de lo posible siempre buscaremos consumir productos verdaderamente frescos, pero no debemos dejarnos llevar por esa idea de que lo congelado tiene peor calidad que lo que no lo está.
Eso sí, una característica que tiene lo fresco sobre lo congelado es fundamentalmente su sabor, ya que determinados alimentos pueden perder características relacionadas con el mismo o incluso con su textura, lo que presupone una diferencia considerable.