La mayor parte de nuestros lectores ha oído hablar en alguna ocasión del aloe vera, una planta que sin duda alguna ha supuesto un cambio radical en todo el planeta gracias a sus propiedades curativas.
El aloe vera en la historia
El aloe vera es una planta que procede de África y que ha sido utilizada desde hace muchos siglos especialmente como remedio cicatrizante y curativo para los soldados que se enfrentaban en las guerras.
A partir de entonces, muchos han sido los usos a los que ha sido destinada esta planta, destacando aquellos que precisan de su capacidad regeneradora.
Los beneficios del aloe vera
Entre estas propiedades regeneradoras, sin duda podemos destacar su capacidad para regenerar la piel de prácticamente cualquier tipo de afección ya sea por quemaduras solares, quemaduras por calor, quemaduras por ácido, etcétera, pero a su vez también es fantástica para mejorar el estado de las picaduras de insectos e incluso solucionar algunas infecciones como la psoriasis, mejora el estado de las llagas, etcétera.
Cómo utilizar el aloe vera
En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de productos que contienen aloe vera, pero si tenemos directamente la planta en casa, lo que haremos será extraer una de las hojas y a continuación retiraremos la piel dejando intacta la zona carnosa central.
También es importante lavar para retirar la sustancia amarilla, ya que se trata de aloína, un compuesto laxante.
Ahora no nos queda más que triturar esta zona carnosa hasta convertirla en gel, y a continuación introducimos el producto resultante en el frigorífico donde se conservará perfectamente durante un plazo máximo de siete días.