En esta ocasión vamos a hacer una comparativa de tipos de carne que nos servirá para tomar una decisión dependiendo de los objetivos que tengamos.
La carne de pollo
La carne de pollo es muy conocida y especialmente utilizada en las dietas debido a que cuenta con muy poca grasa y aporta una menor cantidad de kilocalorías, ya que 100 g ascienden a tan sólo 115 kcal.
No obstante, en el caso de las dietas es importante que retiremos la piel, ya que es la zona con un mayor aporte de grasa. Los mismos 100 g aportan aproximadamente 1,9 g de grasa.
También contaremos con 20 g de proteína con esta misma cantidad de carne pero cabe destacar que nos ofrece un contenido bajo en hierro y zinc, lo que significa que si estamos practicando ejercicio físico puede que no nos aporte todo lo que necesitamos.
La carne de ternera
En el lado opuesto tenemos la carne de ternera, una fantástica fuente de proteínas, ya que por cada 100 g tendremos 31 g de la misma. Un aspecto muy positivo en la carne de ternera es que aunque se trata de la carne más calórica (100 g nos aportan 174 kcal), también cuenta con un efecto mucho más saciante, por lo que, consumiendo una menor cantidad tendremos una mayor sensación de estar llenos.
Por cada 100 g de carne de ternera tendremos 4,8 g de grasa.
Al contar con más colesterol que el resto de carnes no es recomendable abusar de ella, pero sin duda es importante incluirla en nuestra dieta habitual.
La carne de cerdo
En tercer lugar tenemos la carne de cerdo que nos aporta una media de 143 kcal por cada 100 g así como 3,9 g de grasa. Como podemos observar, la idea de que la carne de cerdo es muy grasa en realidad se trata de un mito.
Por otra parte, esos 100 g nos aportan 24 g de proteína, además de que cuenta con una gran cantidad de vitamina B así como de minerales.
La carne de cordero
Una de las principales características de la carne de cordero es que nos ofrece una buena cantidad de grasas omega 3. En total obtendremos 7,3 g de grasa por cada 100 g y un total de 168 kcal así como 25 g de proteína.