El abdomen es uno de los protagonistas de esta dedicación física a contrarreloj, pues un vientre firme y liso mejora significativamente la apariencia. Pero ésa es sólo una de las razones por la que debe trabajarse esa zona.
Los músculos abdominales son el sostén de las vísceras y estabilizan la columna vertebral y lumbar, previniendo, de ese modo, numerosos problemas de espalda. Además, una musculatura abdominal tonificada es importante para el buen funcionamiento del sistema digestivo, intestinal y hepático, ya que favorece la digestión y la asimilación de nutrientes y previene el estreñimiento.
La constancia, el único secreto
Los ejercicios abdominales requieren de la constancia y atención de quien los practica, pues si se hacen mal puede ejercitarse una musculatura distinta y, en algunos casos, producir lesiones. Es importante un calentamiento general y previo antes de ponernos a fondo con los abdominales ya que solo así, lograremos sacar el mayor rendimiento al ejercicio.
Para evitar las lesiones deben seguirse rigurosamente las siguientes normas:
- No despegar la zona lumbar del suelo
- Soltar el aire antes de iniciar la contracción del músculo
- Mantener siempre las rodillas flexionadas
- Mientras se realice el ejercicio hay que concentrarse en la contracción del músculo que se trabaja.
Es muy importante que estas primeras normas se tengan muy en cuenta a la hora de realizar cualquier ejercicio físico abdominal con esto, conseguiremos una elasticidad y fuerza única en nuestros músculos.