En la actualidad y debido al estrés y horarios que llevamos, el almuerzo ha acabado desapareciendo prácticamente de nuestra dieta habitual. Es por ello que el desayuno toma una mayor relevancia con el objeto de satisfacer todas nuestras necesidades nutricionales para poder hacer frente al esfuerzo que nos queda pendiente.
El problema de no desayunar
Cada vez más, las personas parecen optar por no realizar desayunos adecuados. Una de las razones es la obsesión por el peso, debido a la falsa expectativa de que no desayunando están haciendo un bien por su salud. Otra es debido a las prisas que tenemos siempre para salir de casa.
Esta costumbre está llevándonos a que la sociedad se encuentre más cansada y le cueste más concentrarse, ya que si no tenemos el combustible necesario para funcionar, no podemos rendir lo suficiente.
Aunque a lo largo de la noche no gastemos energías en exceso, hay que tener en cuenta que nuestro organismo ya lleva al menos siete horas sin ingerir ningún tipo de alimento, lo que lleva a una carencia de glucosa.
En definitiva hay que tener en cuenta que un buen desayuno influye muy positivamente tanto de nuestras capacidades de aprendizaje como de concentración, mejora de la memoria, aumento de la creatividad e incluso en nuestra propia expresión.
El desayuno perfecto
Es por ello que debemos cambiar nuestros hábitos y empezar a preocuparnos por desayunar correctamente. Para ello es imprescindible incluir cereales, frutas y lácteos. No obstante, los productos derivados de la carne también pueden ser muy interesantes ya que es la mejor forma de conseguir proteínas de calidad con la capacidad de regenerar los tejidos que se irán destruyendo a lo largo de la mañana.