Ahora que llega el buen tiempo y que dejamos el abrigo corto tras la puerta entre abierta de nuestro armario también es momento para cambiar de hábitos alimenticios. Con la llegada de la primavera y la estación floral las comidas más densas y copiosas quedan en un segundo plano aunque siempre cerca, para cuando volvemos a necesitarlas.
Las ensaladas son uno de los platos estrella de la época. Fáciles, rápidas, suaves y muy ligeras, son el acompañante perfecto para el plato fuerte del día, un entrante o simplemente para cuando queremos tomar algo antes de acostarnos para cenar.
Una ensalada puede ser el acompañante perfecto para cualquier persona, las múltiples maneras que tenemos de mezclar y hacer una ensalada, las convierten en estupendos aliados cuando o bien no tenemos ganas de meternos a hacer nada de comer en la cocina, o tenemos el estómago pesado y no sabemos qué tomar que nos alimente y a la vez, nos sirva para nuestro organismo.
Una rica ensalada
La magia de la ensalada es que puedes ponerle los ingredientes que desees por un lado, nos encontramos las más simples que con un poco de tomate cortado en rodajas y bastante lechuga, pasando por aliñarlo debidamente con vinagre, aceite y sal, tenemos una ensalada de lo más simple y sencillo pero que está tomada como todo un recurso alimenticio por muchos de nosotros.
A esta ensalada común le podemos añadir muchos más ingredientes de hecho, todos los que queramos, los hay quien además de tomate le hecha manzana, pepinos, un limón exprimido, etc. También podemos lavar zanahorias y añadirlas o incluso, darle un toque dulce con una pizca de miel o remover con unos frutos secos o unas lentejas pardinas.
Cualquier cosa vale cuando se trata de hacer una rica ensalada que nos mate el hambre, nos alimente y además, sea fácil y rápida de preparar.