Las lesiones no sólo nos impiden seguir practicando nuestro deporte favorito, sino que también se convierten en un dolor constante, y por ello vamos a hacer un poco por ellas y para eso vamos a explicar cómo podemos reducir la inflamación de las lesiones.
El frío como una de nuestras mejores armas
Tanto si nos hemos dado un golpe como si tenemos un esguince, nos ha dado un tirón, hemos tenido alguna lesión de ligamentos, hueso, tendones o músculo, el hielo nos va a ayudar sobre todo durante las primeras horas.
En cualquier caso siempre colocaremos hielo de forma indirecta, es decir, sin que el mismo entre en contacto con nuestra piel. Para ello podemos envolver varios cubitos en un trapo de cocina y colocarlo sobre la zona afectada.
Las aplicaciones serán en sesiones de un máximo de 15 minutos, y en la mayor parte de los casos podremos realizar estas aplicaciones durante todo el tratamiento salvo si la lesión es muscular, en cuyo caso, dos días después de producida la lesión, lo mejor es comenzar a aplicar calor.
Además denotar un alivio inmediato, este hielo también es fantástico para reducir la inflamación.
Consultar con un médico en caso de inflamación de las lesiones
Por supuesto, también es importante que consultemos con un médico de confianza que nos pueda informar del tipo de lesión que tenemos y cuál es el mejor tratamiento que deberemos llevar a cabo. Generalmente tan sólo será necesario reposo y tratamientos sencillos como la fisioterapia.
En cualquier caso, que desaparezca el dolor no significa que la lesión esté curada, por lo que hay que llevar cuidado y sobre todo tener paciencia.